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martes, 2 de julio de 2013

CELOS Y PARANOIA

Si no es conmigo, no es con nadie
¿Cuántas veces hemos sentido celos? ¿Cuántas veces hemos deseado ser celados? ¿Conocemos realmente hasta donde pueden llegar?
Los celos constituyen una emoción compleja que puede ser normal o patológica, y en la que debemos considerar tanto su raíz pulsional como su condicionamiento social y cultural. Por lo tanto cuando hablamos de una persona celosa debemos comprender que no solo proviene de la estructura de personalidad del sujeto sino de los refuerzos sociales que aprueban esta conducta, incluso que la incitan. Los celos que surgen de una relación de pareja pueden presentarte de forma retrospectiva, es decir el sujeto sufre por qué su pareja amó y perteneció a otra persona o prospectivos, donde el sujeto teme que en el futuro se produzcan situaciones que justifiquen sus celos y puede llegar a atormentar a su pareja prediciendo un devenir que, as u juicio, involucrará la elección de un rival.
                Si hablamos de celos prospectivos, el sujeto puede llegar a tener ideas delirantes al respecto imaginando escenarios donde su pareja le es infiel, estas ideas delirantes pueden a su vez desencadenar en una paranoia cuando la convicción del sujeto es irracional  y ningún razonamiento o evidencia objetiva modifica esta idea.
                El paranoico instaura su conocimiento en la rivalidad de los celos, en el curso de la identificación especular; y habla de un objeto que está en la prolongación de la dialéctica dual. En la verdadera palabra, el Otro simbólico debe ser previamente reconocido porque es delante de él que el sujeto se reconoce. La palabra delirante se sitúa en el otro imaginario, en una fuente de conocimiento que se corresponde con el ego; y, por esa razón, el paranoico habla de sí mismo. Su palabra está en el otro que es él mismo; está en su reflejo especular.” (Bogaert García, H. 2008) 
                Así pues, el sujeto empieza a existir a través del sujeto que ha imaginado le arrebatara a su objeto amado y proviene de la necesidad de proyectar aspectos personales en otro ya que el reconocimiento de estos aspectos como parte de él provocaría una desestructuración. Una consecuencia de los celos patológicos es el homicidio o crimen pasional.
                Como menciona Boagert (2008)  El crimen es un acto que libera de una tensión dolorosa y que permite negar la realidad en lugar de adaptarse a ella, así el crimen pasional expresa el predominio del placer sobre la realidad y la muerte de la pareja expresa y satisface el odio y la cólera. Los individuos con delirios pasionales crónicos de tipo paranoico tienen un control precario de la agresividad, esto debido a que dejan de operar los mecanismos  de defensa que permiten manejar la angustia de separación, surgiendo la pulsión de muerte.
                Para identificar a un sujeto en riesgo de llegar a las ideas delirantes celotípicas solo basta con examinar su discurso, es sorprendente notar que él no busca la verdad, la posee y no admite que se pueda dudar de tal privilegio, el capta el mundo de forma absoluta y solo aceptara respuestas que colaboren su idea delirante. Estamos hablando de patologías, estamos hablando del extremo al que pueden llegar los celos, sin embargo suena a situaciones cotidianas que se viven en el día con día como esas peleas típicas en el noviazgo en las que se asegura una infidelidad y no se acepta otra respuesta más que la aceptación de la misma, con las condiciones propicias estos sujetos pueden llegar a la patología y de la patlogia al crimen. Los celos no son prueba de amor y la sociedad debería dejar de aprobar estas conductas, Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta.

Referencia:

Bogaert García, H. (abril,2008). La paranoia y los crímenes pasionales. Ciencia y sociedad,23 (2) 223-236


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